198 Apuntes del Alcázar de Sevilla
RESTAURACIÓN
Imagen 68
Adaptación del equipo de
restauradores al reducido espacio
de la bóveda de cañón situada
sobre las escaleras, con vistas a
permitir el acceso del público
hacia los Baños.
tornos de las formas y los daños. Lo peor no fue
la primera cubrición completa de la pintura con
cal hidráulica (tal vez para ocultar su mal estado
y aislarla de la humedad), y las posteriores capas
de temples y cal aérea, sino los nefastos inten-
tos, irregulares y fallidos por eliminarlas, reali-
zados por personas carentes de sensibilidad y
con un instrumental cortante e incontrolado
(cuchillos y rasquetas), con los que provocaron
extensos barridos, erosiones, cortes y arañazos,
generando un superficie difícil de comprender
formalmente.
Originalmente, la policromía se extendía por las
dos jambas y el intradós, aunque desconocemos
si el extremo inferior de los lados lo marcaba el
perfil de la escalera o comenzaba a partir de una
determinada altura, dado que el lado oeste ha
perdido completamente la policromía y el otro
conserva, aunque muy erosionado, solo su mi-
tad superior. Tras la limpieza ahora conocemos
que la pintura también se extendía por el muro
norte, a la vista de un fragmento conservado en
dicho muro junto a la imposta del lado oeste.
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En el tercio superior de la jamba derecha (Este) se
observan trazos previos que denotan una buena
base de dibujo realizada con pincel fino y color
almagra sobre una base de estuco, y tonalidades
relativamente bien definidas que conservan los
rasgos del dibujo preparatorio, cierta intensidad
tonal y gran parte de los detalles compositivos.
Entre las dos jambas hay marcadas diferencias
respecto al estado y porcentaje de pintura con-
servada, siendo superior la de la derecha debido
a una menor incidencia de la humedad.
La
composición pictórica
se divide en dos gran-
des campos simétricos, enfrentados E-W, y de-
limitados por una doble cenefa floral, que han
sido planteados con una distribución pareada de
figuras y de elementos a partir de un eje central.
El desarrollo de la composición se inicia en la
zona inferior (supuestamente de cada jamba) y
se desarrolla en sentido ascendente hasta con-
fluir ambas en la clave de la bóveda, donde los
dos grandes campos sirven de marco al gran ton-
do central.
Respecto a la
iconografía,
solo tras la profun-
da limpieza llevada a cabo en la superficie pic-
tórica se ha podido desvelar y definir los ele-
mentos compositivos. Sobre un fondo frio gris
verdoso oscuro se extiende la representación
formal de figuras y objetos completamente
vinculados entre sí. La lectura comienza en las
zonas inferiores de las jambas, en este caso en
el paramento derecho (Este), donde se obser-
van los restos de una orla o corona de hojas y
flores situada al centro, de la que parten a am-
bos lados y en sentido ascendente los tallos de
dos flores rojas ensortijadas, con dos serpientes
enroscadas y enfrentadas al centro. Entre es-
tos roleos hay dos niños desnudos (putti) que
sostienen unas telas que penden al centro, y
sobre ellos una moldura curvada en la que se
sientan dos angelitos que sostienen entre am-
bos un cortinaje rojo, sujetado a la argolla de
un espejo con cornucopia dorada (ocre) situado
en el centro. De ese marco parten otras flores
y ramas pareadas generando roleos entre los
que enlazan dos figuras grutescas en escorzo
con sus cuerpos mitad hombres, mitad vegeta-
les enganchados a dichas ramas. Flanquean el