202 Apuntes del Alcázar de Sevilla
RESTAURACIÓN
afectando principalmente a la franja transversal
que cubría toda la altura de la escalera. En la jam-
ba izquierda solo se conserva visible un fragmen-
to transversal, situado bajo la imposta, que repre-
senta aprox. un 12% de la composición pictórica
de este lado. Su estado era bastante deficiente,
con agrietamientos y levantamientos de la pintu-
ra por falta de adhesión. El resto de la superficie
también aparecía resanada con morteros bastar-
dos ya en muy deficiente estado de conservación.
En cuanto a los revestimientos originales las zo-
nas más vulnerables estaban localizadas en la
jamba oeste y en el muro norte antes comentado,
en los que se han perdido prácticamente todos
los revestimientos primitivos, —a excepción de
un pequeño fragmento con pintura localizado
durante la presente intervención en la mitad del
lado oeste norte, y que evidencia que este muro
se hallaba pintado continuando la misma deco-
ración—. Otras grandes lagunas se localizan en
los perfiles de la bóveda, en el tercio inferior de la
jamba este y en el lateral exterior de ésta. Los de-
terioros que presentaban estos morteros respon-
dían a problemas internos de adhesión, derivados
de la humedad y las sales, que han degenerado en
falta de adhesión, agrietamiento, disgregación y
consecuentes pérdidas, siendo repasados en va-
rias ocasiones. La oxidación de los barrotes de la
cancela en el perfil de la bóveda ha generado tam-
bién agrietamientos, levantamientos y pérdidas.
Las causas de alteración podrían derivarse, por
un lado, de los efectos de la humedad, teniendo
en cuenta el alto nivel freático del suelo, que al-
canza prácticamente el metro y medio de altura,
lo que ha contribuido a generar sales y provo-
car problemas de adhesión y disgregación de los
morteros. El grosor de estos muros, unido a la
alta humedad freática en los bajos del Patio del
Crucero y la buena ventilación en esta zona, ha
generado eflorescencias, costras y manchas sa-
linas blanquecinas, localizadas en el tercio infe-
rior de ambos paramentos.
Por otro lado, desde su construcción en el siglo
XVI, y debido a su emplazamiento, estos para-
mentos han estado siempre expuestos y someti-
dos a la abrasión, debido al tránsito y roce de las
personas que bajan y suben por este corto tramo
de escaleras. En sus muros se reflejan los efectos
de golpes fortuitos y de las antiguas marcas de las
hojas de la cancela en los paramentos, loquedebió
contribuir notoriamente a la pérdida de pinturas
y revestimientos. La ausencia de pasamanos en el
centro de la escalera obliga a algunos visitantes a
sujetarse en las hojas de las cancelas, provocando
golpes involuntarios sobre los paramentos. Por
último, comentar que a la degradación que se ob-
servaba en las jambas ha contribuido igualmente
determinadas actuaciones antrópicas de carácter
vandálico, como son la ejecución de grafitis, ma-
nifestados sobre la superficie pictórica en las zo-
nas más accesibles, lo que evidencia la necesidad
de cubrir las zonas de mayor accesibilidad con
pantallas protectoras que permitan la aireación
de las pinturas pero impidan el roce.
III. LA BÓVEDA OJIVAL
Hasta hace poco era impensable que la superfi-
cie de esta bóveda y de sus arcos ojivales de sus-
tentación estuvieran completamente envueltos
con pinturas murales, pues la bóveda se hallaba
cubierta de costras de distinto origen y de en-
calados que las ocultaban, y los arcos pintados
con el mismo tipo de jabelga ocre que presenta
el resto de bóvedas del estanque. Solo a través
de las zonas desprendidas del intradós se mos-
traba o intuía la presencia subyacente de algu-
nas policromías, pero en ningún caso que éstas
fueran tan extensas y completas que acabaran
decorando todo este sector. Ha sido por tanto
sorprendente descubrirlas, y aunque han llega-
do degradadas por causas diversas, —las cuales
analizaremos—, podemos decir que se conser-
van relativamente bien y muestran un fantástico
muestrario de diseños grutescos manieristas.
En cuanto a su
ubicación
esta bóveda se sitúa en
el último tramo abovedado de la galería longi-
tudinal central, sobrepasando el estanque de los
Baños, en el sector que ocupa la fuente de gru-
tescos manierista. Los arcos laterales de esta bó-
veda confluyen con la arcada y patios exteriores
de la galería Norte. Al fondo se sitúa la fuente de
grutescos, ya comentada en apartados anteriores,
cegando ese vano, y en el lado anterior se abre al
estanque, situado a unos 4maprox., mediando un