Apuntes del Alcázar de Sevilla. Nº 16, 2015 - page 228

226 Apuntes del Alcázar de Sevilla
ANÁLISIS
Fig. 7.
Salón de sevillanos. Real Alcázar.
Foto: Ana Pleguezuelo.
No obstante, esta constatación, por sí sola, no
permite datar la obra con seguridad puesto que,
según hemos observado, el uso demoldes estuvo
vigente, al menos, en dos momentos. De hecho,
sabemos por documentación que lo pudieron
usar dos artistas que trabajaron para el Alcázar
en periodos muy distantes en el tiempo: Fernán
Martínez Guijarro, a fines del siglo XV y Manuel
Soto y Tello, a fines del XIX. La diferenciación
entre los productos de uno y otro habremos de
abordarla en el futuro por otras vías de análisis
más precisas que la simple observación de su
superficie, como por ejemplo, el grosor de los
aliceres, la composición de las pastas o la gama
de colores de sus vidriados. Detectamos con
particular frecuencia este procedimiento —al
que podemos llamar «falso alicatado»— en las
almenas dentadas de los remates, en las piezas
de motivos en zig-zag de algunos rodapiés y en
algunos aliceres de lados curvos, en el Salón de
Embajadores, es decir, en aquellas piezas que
planteaban cortes más laboriosos. Resulta, sin
embargo, indicativo constatar que no parece
haberse empleado este sistema de moldes en los
alicatados de dos de los tres espacios que consi-
deramos más antiguos y datamos en el siglo XIV,
la Sala de audiencias y el patio de las Doncellas.
3.2.3 Azulejos de cuerda seca hendida
En la Sala de Sevillanos, colateral a la de Embaja-
dores, los zócalos están formados por alicatados
muy sencillos que combinan piezas hexagonales
y triangulares pero uno de sus lienzos no está
formado por aliceres, en estricto sentido, sino
por imitaciones de los mismos hechas con azu-
lejos de cuerda seca hendida. Se trata de azulejos
de forma romboidal, en cuyo interior se marcan,
dibujan y colorean tales triángulos y hexágonos,
es decir, se imitan, los mencionados aliceres. En
cada azulejo aparecen cuatro hexágonos y ocho
triángulos (Fig. 7). La diferencia con los origina-
les es apenas perceptible a cierta distancia pero,
vistos se cerca, se aprecian no sólo las hendidu-
ras y pinceladas de ese peculiar procedimiento
sino, incluso, las huellas de arranque de los trí-
podes separadores durante la cocción, habitua-
les en este tipo de azulejos
24
. Por este dato téc-
nico y por otros elementos de juicio, podemos
afirmar que es muy posible que estas piezas fue-
sen realizadas en la primera mitad del siglo XVI
cuando, en lugar de abordar la compleja tarea de
cortar aliceres, se decidió su imitación por este
procedimiento más simple y barato entonces
dominado en más de un taller de la ciudad. Muy
probablemente fueron hechos como encargo es-
pecial ya que éste es el único lugar en que se han
localizado piezas con tal diseño y características.
3.3 medidas del zócalo y de los
aliceres
Las mediciones sistemáticas tanto de los aliceres
como de los elementos del zócalo y las diferen-
tes alturas de estos últimos forman un aspecto
digno de ser tenido muy en cuenta. Es especial-
mente interesante el tamaño otorgado a los ali-
ceres poligonales y a las cintas de lazo que los
envuelven. Amenor tamaño de estos elementos,
mayor dificultad de ejecución, más tiempo em-
pleado en el trabajo del alarife, mayor delicadeza
del revestimiento y también mayor costo.
En el conjunto del Palacio Mudéjar hay estrelle-
rías y lacerías de diferentes tamaños. No he rea-
lizado cálculos del número de piezas por metro
cuadrado, lo que sería de enorme utilidad como
dato indicativo cuantificable, sino que tan sólo
he comprobado que las lacerías se forman con
cintas de tres grosores diferentes. Las más finas
(10 mm), que coinciden con los aliceres más me-
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