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Fig. 4.
Sala del techo de los Reyes
Católicos. Real Alcázar. Foto: Ana
Pleguezuelo.
esquema horizontal de rodapié, fondo y remate
sí se respeta en este patio menor y también en la
mayor parte de las demás estancias que rodean
el Patio de las Doncellas como las Salas de los Pa-
sos Perdidos y del Techo de los Reyes Católicos;
las Salas de Sevillanos y de Toledanos, las tres
Salas de los Infantes, las tres del Cuarto del Prín-
cipe y la más profunda del Dormitorio de Reyes
Moros
16
. En el llamado Dormitorio del rey don
Pedro también aparece la cenefa por debajo del
remate e igual esquema se observa en la sala y
alcoba más exteriores de las dos que componen
el Dormitorio de los Reyes Moros
17
.
En resumen, la composición de los zócalos del
Palacio Mudéjar es bastante homogénea en to-
das sus estancias y sus leves diferencias no re-
sultan suficientemente significativas como para
extraer conclusiones de carácter cronológico.
2 MOTIVOS ORNAMENTALES
Los alicatados mudéjares suelen ser clasificados
de forma muy simple en dos grupos: «estrelle-
rías» y «lacerías». En el primer caso, todos los ali-
ceresmuestran formas poligonales que se ajustan
unas con otras, en contacto directo a pesar de sus
variadas formas. En el segundo, tales polígonos
aparecen separados por unas cintas que van tren-
zándose, pasando alternativamente por encima y
por debajo de aquellas con las que se cruzan y for-
mando
sinos
,
candilejos
,
almendrillas
,
azafates
,
as-
pillas
,
costadillos
y
tarabeas
. Todos los alicatados
del Palacio Mudéjar responden genéricamente
a estos dos grupos y a un repertorio geométrico
cuyas leyes compositivas, junto con las de los ye-
sos y las carpinterías, han sido ya objeto de va-
rios estudios monográficos
18
. Pero considerando
que esta geometría ha sido estudiada siempre
desde una perspectiva técnico-gráfica y no tan-
to histórico-evolutiva, resulta arriesgado extraer
de ella conclusiones de carácter cronológico. Tan
sólo los diferentes niveles de complejidad y peri-
cia técnica parecen revelar, a nuestro entender,
un proceso de progresiva simplificación desde
el siglo XIV hasta el XVI. No nos parece desacer-
tado, en este sentido, establecer una provisional
hipótesis de datación basada en estas evidencias
materiales ya que coincidirían, además, con otras
documentales que denuncian un paulatino pro-
ceso de pérdida de cualificación de los alarifes se-
villanos, fenómeno que conocemos gracias a las
OrdenanzasMunicipales de la ciudad, redactadas
en época de los Reyes Católicos
19
. De hecho, éste
es uno de los factores que nos ha levantado ma-
yores sospechas respecto de la supuesta homo-
geneidad cronológica de todo el conjunto
20
. Los
remates son casi homogéneos con tan sólo dos
modelos pero los rodapiés y las cenefas son muy
variados y complejos en el patio de las Doncellas
y mucho más sencillos en el resto de las estancias
(Fig. 3) y (Fig. 4). Sin duda, el repertorio más rico
se da en los fondos. A cada una corresponde un
motivo salvo tres de ellas que reúnen varios: Pa-
tio de doncellas, Salón de embajadores y Sala de