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Figura 3.
VIGAS PRINCIPALES. En rojo el
siglado original
primitivo aspecto, no había sido repintada du-
rante las restauraciones perpetradas histórica-
mente sobre las carpinterías del edificio, lo que
multiplicaba las posibilidades de obtener infor-
mación sobre su imagen original.
No obstante, a medida que se desarrollan los
trabajos se aprecia que la estructura había sido
reajustada en un momento indeterminado al
cielo de la estancia. Fue compuesta inicialmente
para otra de menor anchura apreciándose varios
detalles que manifiestan su encaje para lograr
una solución constructiva que permitiese el
acomodo al Despacho. En esta nueva situación
el forjado había perdido completamente su uso
constructivo como piso, convirtiéndose en un
elemento meramente ornamental.
Este proceso aceleró el mal estado de conserva-
ción de la estructura y su decoración
2
. Durante
su primer desmonte sus piezas fueron numera-
das, previsiblemente para facilitar su posterior
ensamble, aunque en su colocación actual esta
numeración no se respetó, agregándose partes y
acomodando las vigas para facilitar su cuadratu-
ra a la sala.
Desconocemos muchos datos sobre este arteso-
nado: su primera ubicación, dimensión real, el
tiempo y lugar donde estuvo desarmado. Pese a
que en el palacio sevillano algunas cubiertas se
han mudado y reutilizado en otros salones, en
el Despacho no parecía que se repitiese esta si-
tuación. La composición ornamental del alfarje
está presidida por un escudo heráldico que no
tiene que ver con los que se repiten en el palacio
—alusivos a las casas reales de Castilla, Orden de
la Banda o emblemas imperiales—, sino que per-
tenece al linaje de una familia sin aparente rela-
ción con el Real Alcázar: los Solís, cuyo emblema
se compone de escudo de oro con un sol de gu-
les rodeado por ocho cabezas de lobo de gules.
Dadas estas circunstancias, nos planteamos
realizar una pequeña documentación sobre el
origen de la cubierta, partiendo de su posible
