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Figura 5a.
Detalle del estado de
conservación de la balaustrada
del Estanque en su cara norte.
La balaustrada está compuesta
por cuatro remates de león con
escudos, dieciocho remates
esféricos, veintidós pedestales
y cuatrocientos diecinueve
balaustres. Los remates fueron
fundidos por Bartolomé Morel y
dorados por Carlos de la Cruz,
sobre modelos de Diego de
Pesquera
Figura 5b.
Estanque de Mercurio, en
donde confluyen los trabajos
realizados en época de Felipe II —
configuración de los andenes del
estanque con escultura central
y balaustrada—, con los llevados
a cabo bajo la maestría mayor
de Vermondo Resta —fachada
grutesca y mirador norte— y los
dirigidos por Sebastián Van der
Borcht tras el terremoto de 1755
—escaleras de bajada al Jardín de
la Danza—.
tructivo único y bien diferenciado, además de
la necesidad de intervenir en todos y cada uno
de los elementos que lo componen, justifican la
necesidad de elaborar un Proyecto Integral de
Actuación, es decir, un documento de jerarquía
superior al proyecto de restauración en donde se
asienten las bases para la intervención a nivel ar-
queológico, arquitectónico y en lo que a conser-
vación y restauración se refiere. Así ha quedado
señalado en aquellas fichas en donde procedía
—figura 6—.
Los tipos de actuación
Conforme se realizaba la selección de las fichas
que iban a formar parte del registro, hubo que
comenzar a esbozar unos epígrafes bajo los
que clasificar los diferentes tipos de actuación
a realizar. Tras estudiar varias posibilidades se
optó por sintetizar al máximo y disponer úni-
camente tres etiquetas. Los tipos de actuación
son «Estudio», «Intervención» y «Manteni-
miento»:
• El epígrafe Estudio categoriza aquellas
fichas que precisan, preferentemente, un
trabajo de análisis y desarrollo previo a
la intervención. El objetivo principal del
Estudio es determinar si es o no es nece-
saria una intervención de restauración, y
en caso afirmativo, avanzar qué tipo de
intervención debe realizarse, sin llegar a
desarrollarla.
• Nuestro segundo epígrafe, Intervención,
agrupa de manera general a los elementos
que mantienen un estado de conservación
deficiente o muy deficiente. Por supuesto,
toda intervención requiere previamente
de un Estudio o Proyecto de restauración,
pero lo que se está indicando en este caso
es que, por una razón o por otra, se deberá
actuar tras la realización de ese Proyecto
(obviamente, debe también barajarse la
posibilidad más improbable de que tras el
Estudio se concluya que no es necesaria
intervención alguna).
• La categoría de Mantenimiento no deja
lugar a dudas, y hace mención exclusi-
vamente a aquellos elementos ya restau-
rados que, en la fecha de elaboración del
documento, precisaban una serie de me-
didas de supervisión y control —figura
7—. Con la incorporación de este epígrafe