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Figura 3.
Actuaciones supeditadas del Plan
de Ordenación de Restauraciones
Las actuaciones supeditadas
Hay una serie de fichas, sin embargo, que utilizan
un número y una letra. Son las que hemos deno-
minado «actuaciones supeditadas», ya que quedan
condicionadas a que se lleve a cabo la propuesta
planteada en el Estudio para la Ordenación Arqui-
tectónica —figura 3—. Es el caso, por ejemplo, de
los Azulejos de Cristóbal de Augusta en el Archivo
de Patrimonio Nacional (ficha 2.a), en donde el Es-
tudio para la Ordenación Arquitectónica plantea
la cesión de la estancia al Patronato. Si ello se pro-
dujera, y en función del proyecto específico para la
recuperación de esa dependencia, se llevaría a cabo
la intervención sobre los azulejos que la revisten.
Documento en papel o aplicación
informática
Una vez comenzada la fasede catalogación, ydado
el volumen de elementos a incluir, nos conven-
cimos de que resultaría más versátil volcar toda
la información que se iba a generar a un soporte
virtual. Ello en respuesta a la primera exigencia de
elaborar un trabajo flexible, con la que por otro
lado comulgábamos. Así, frente a un documento
en papel, mucho más rígido por tratarse de texto
impreso, la posibilidad de modelar algún tipo de
aplicación manejable desde cualquier ordenador
se habría ajustado mejor a la funcionalidad como
herramienta con la que pretendía dotarse al es-
tudio. Queda pendiente por tanto para una si-
guiente fase la generación de esa herramienta que
permita manipular el documento, sustituyendo,
añadiendo o modificando sus partes.
Principios básicos de la maquetación
No se ha obviado en cualquier caso esa segunda
fase, y el diseño y maquetación del documento
en papel se ha planteado a través de un lenguaje
compuesto de iconos y códigos de colores que
permiten una lectura ágil, como si de enlaces di-
rectos se tratara.
Esa lectura rápida se consigue con la disposi-
ción de una banda vertical de color en el extre-
mo de cada página. En ella se incluye la infor-
mación básica: zona a la que pertenece a través
de unos códigos de color, siguiendo la zonifica-
ción en ocho sectores; material o materiales so-
bre los que se interviene, representados a través
de unos símbolos fácilmente comprensibles; y
tipo de actuación que se propone sobre el ele-
mento registrado, según el estado de conserva-
ción o el grado de conocimiento del objeto. En
la banda de la primera página de cada una de
las fichas que componen el catálogo se ancla un
recuadro en donde se incluye un plano de lo-
calización. No obstante, se ha dado preferencia
absoluta a las imágenes frente a la planimetría,
por dotar al estudio de una importante compo-
nente visual.