92 Apuntes del Alcázar de Sevilla
restauración
Figura 2.a.
Sótanos del Palacio Mudéjar, los restos de policromías se sitúan en los paramentos interiores del
vértice suroccidental de los sótanos (en la imagen corresponde a la estancia del fondo)
Figura 2.b.
Detalle de restos de las policromías con despieces fingidos de sillares y posibles imitaciones de
mármoles o vetas. También se observan en otras zonas restos de un zócalo que parece recrear un
alicatado de diversos colores
2. DESARROLLO Y ELABORACIÓN
DEL REGISTRO DE ACTUACIONES
El proceso de selección
La finalidad del inventario no era incorporar to-
dos los elementos o conjuntos susceptibles de
conservación y/o restauración dentro del nue-
vo ámbito de actuación que amplía al actual del
Real Alcázar. Es algo que, aunque hubiéramos
deseado, habría resultado inabarcable en los
plazos de tiempo prefijados. Antes bien, desde
el inicio se tuvo claro que debía limitarse el nú-
mero de fichas, estableciendo un procedimien-
to de selección para la inclusión o descarte de
cada una de ellas. Dentro de esa línea se intentó
abarcar el máximo número de elementos selec-
cionados, y las tablas de trabajo se mantuvieron
abiertas durante todo el proceso de elaboración
del documento.
Los criterios de selección han sido múltiples,
atendiendo a las aportaciones realizadas des-
de la Dirección, el equipo de arqueólogos o los
equipos de restauración. También, nuestras
cuantiosas visitas e indagaciones por el recinto
han obtenido su recompensa en forma de «des-
cubrimientos»: elementos susceptibles de cata-
logación que, aunque ya conocidos, suelen pasar
desapercibidos —principalmente por situarse
en zonas restringidas o poco representativas—.
Son ejemplo de este caso el alfarje y los azulejos
de las Cocinas del Maestre que corresponde a la
ficha 1.3 del Registro de Actuaciones, la pintura
mural de la Torre del Agua que corresponde con
la ficha 3.3, o la pintura mural en el sótano del
Palacio Mudéjar, ficha 6.7 —figura 2—.
La notación elegida para cada referencia cata-
logada es sencilla: dos números y la denomi-
nación, siendo el primer número la zona en la
que se encuentra el objeto catalogado (del 1 al
8, según zonificación ya expuesta), y el segundo
el que marca el orden dentro de cada una de las
zonas.