76 Apuntes del Alcázar de Sevilla
ARQUEOLOGÍA
Fig. 37.
Perfil estratigráfico del ángulo
suroriental donde se aprecia
la existencia de elementos
constructivos diversos.
Fig. 38.
Perfil estratigráfico del límite
oriental de la cripta.
hacia el sur, tal vez sería la base del pórtico pe-
rimetral columnado de una plaza. En los relle-
nos de amortización de la galería subterránea
se localizó un fuste de calcarenita procedente
aparentemente de dicho basamento, tallado
con estrías vivas enlucidas cuya longitud, y so-
bre todo espesor (de 0.55 mts), delatan su perte-
nencia a una columnata de notable dimensión.
Sólo imaginamos su presencia en la galería pe-
rimetral de una plaza o foro o bien en el pórti-
co de algún templo o edificio público. Aunque
no podremos confirmarlo hasta la excavación
de este sector en realidad el modelo podría ser
muy similar al del foro de Ampurias cuyas gale-
rías perimetrales se superponen a un criptopór-
tico semi subterráneo similar al nuestro.
El muro en cuestión estaba enfoscado median-
te un potente enlucido de cal sin aparente de-
coración; en él se abría una hornacina en cuya
base se dispuso una estructura rectangular de
tégulas dispuestas verticalmente a la manera
de las tumbas de inhumación bajoimperiales.
En su interior no se localizó ninguna evidencia
funeraria por lo que, sin destacar esta función,
que sería bastante extraña en ese contexto,
bien podría ser un contenedor asociado a la
hornacina cuyo uso se nos escapa de momento.
La inundación. Fines del s. II - Inicios
del s. III d.C.
El límite oriental de la cripta presenta un perfil
estratigráfico de la excavación en el que se leen
los diferentes eventos que justificaron el espec-
tacular cambio de cotas en el Patio de Banderas
durante los últimos dos milenios. Sobre el pavi-
mento de
opus signinum
y muros de sillares de
época romana se observan deposiciones de gran
interés pues ponen en evidencia la destrucción
violenta del urbanismo romano a fines del siglo
II o inicios del III d.C. El perfil al que aludimos
se encuentra al este de la cripta, junto a la es-
calera de bajada. Refleja un trágico suceso que
suponemos ayudó de alguna manera a reforzar
la crisis de la ciudad dada las consecuencias que
sin duda debió provocar en el mismo puerto y
en los barrios colindantes (fig. 38).
La mitad meridional del conjunto arquitectónico
construido al final de la república habíamantenido
su cota inalterada durante los siglos I y II d.C. Sin
embargo esta zona sufrió un violento colapso que
supuso su destrucción y colmatación precipitada
al final de la segunda centuria. Los restos de los
muros aparecen desplazados y volcados sobre los
pavimentos, siempre en lamisma dirección, caídos
hacia el noroeste. Esto sucede con especial virulen-
cia en el pasaje oriental y en la galería columnada,