El trazado original del Patio del Crucero se realiza sobre el espacio existente entre la ampliación al sur del Palacio Almohade y un muro de contención perteneciente a la muralla meridional del recinto emiral (recinto I), ocupando un sector que queda a una diferencia de cota de aproximadamente cinco metros respecto a las rasantes originales. La existencia de esta diferencia topográfica permite la construcción elevada del crucero que sitúa sus andenes superiores a nivel del edificio almohade del Yeso. (fig.3).
El patio inicial ocupaba el área de un rectángulo de dimensiones próximas a 60 x 40 m, dispuesto longitudinalmente según el eje Este-Oeste. Estaba rodeado perimetralmente por galerías y organizado en cuatro cuadrantes iguales separados simétricamente por la pieza del crucero (fig.4).
En la segunda mitad del siglo XIII, la construcción de la nave norte del Palacio Gótico –y su galería subterránea– provoca la desaparición de la galería meridional almohade. La nueva galería supone la construcción de diez tramos de bóvedas de crucería en ladrillo apoyadas sobre columnillas de mármol y capiteles de acarreo, de menor tamaño los tramos extremos para ajustarse a las dimensiones de las galerías laterales almohades. En fachada, cada dos tramos de arcos ojivales aparece un machón que servía de apoyo a cada uno de los cinco arcos de la primitiva fachada del palacio gótico, que de este modo, asomaría su nivel principal a una planta de altura sobre el nivel del primitivo jardín que sería accesible a través de dos escalerillas situadas en el eje longitudinal del crucero. (fig.5).
En el siglo XVI, se lleva a cabo la apertura de un acceso axial desde el Jardín de la Danza y la ornamentación pictórica de los paramentos de las galerías. Se pavimenta el crucero y se aplica un revoco general. Parece que el espacio quedará abandonado o es escasamente utilizado.
En el siglo XVIII, y a consecuencia de los daños originados por el terremoto de Lisboa (1.755), se realizan una serie de obras dirigidas por Sebastián Van der Borcht que inciden de manera determinante en la concepción espacial del conjunto. Se construye una nueva cimentación para una galería barroca ubicada en sustitución de la gótica –que se habría caído o arruinado a consecuencia del terremoto– constituida por dos arcos de medio punto que se adosan a la cimentación gótica duplicando la anchura del muro, sirviendo de sujeción a cada gran vano superior. No se conoce si esta galería baja se concibió para quedar subterránea o bien se trata de una operación anterior a la decisión de aterrar los cuadrantes del patio –previo cegamiento de las galerías perimetrales– elevando las cotas del jardín hasta el nivel existente en la actualidad. Durante este proceso se introduce el pasaje de comunicación entre la Montería y el Apeadero que redujo las proporciones del patio al invadir una franja del sector norte.
En el siglo XX se ejecutan las pavimentaciones existentes en la actualidad y se desentierran amplios sectores bajo la dirección de D. Rafael Manzano. En algún momento se decide recuperar la esquina Suroeste del patio generando la pequeña estancia que nos ocupa. Para ello se levantan dos muros de contención de ladrillo apoyados sobre las fábricas originales (cimentación de Van der Borcht y arcada de la galería almohade) y se cubre con un forjado de viguería metálica en el que se dispone una pieza de vidrio a modo de lucernario.
Desde este espacio de modestas dimensiones (en torno a 15 m2) era posible apreciar el complejo encuentro que se produce a nivel del crucero bajo entre la galería subterránea del Palacio Gótico, el Crucero Almohade y las estructuras pertenecientes a la fachada barroca (s. XVIII), sistemas pertenecientes a tres momentos constructivos significativos en la evolución espacial y funcional del Patio del Crucero .
A continuación se describen los distintos aparejos murarios que han sido identificados en el ángulo Suroeste, y que sólo eran visibles desde la mencionada estancia:
– Galería almohade. Ladrillo de un pie y llaga media-fina, revocado de cal y arena y enlucido de cal. Aparecen con pinturas murales (s. XVI) en los paramentos interiores. Deficiente estado de conservación debido a la existencia de filtraciones y humedades que provienen tanto de los muros que ciegan las galerías y contienen las tierras del jardín, como del paramento de fondo que cierra la galería baja y construye la fachada Oeste del actual patio. Incide en su progresivo deterioro la práctica inexistencia de una mínima ventilación de estos espacios.
– Arcos ojivales de acceso al crucero desde la galería gótica baja, con rosca de ladrillos de un pie a soga y tizón. Aparecen enlucidos con mortero de cal y semiocultos por la cimentación barroca.
–Muro de cimentación barroco (dobles arcos de medio punto y machones intermedios): Soga y tizón en ladrillos de 30 x 15 x 5 con llaga fina, apoyados en la base de los machones sobre sillares de piedra (28 x 50 cm.). Sillares y fábrica evidencian un buen estado de conservación.
–Tabicado de los arcos de medio punto que sirven de cimentación a la galería barroca construida por Van der Borcht: Ladrillo a tizón de 28 x 14 x 5 cm. con llaga media y alguna hilada de sillares, sillarejos o incluso fragmentos constructivos de acarreo. Aparecen fragmentos en deficiente estado de conservación adosado a los machones.
En relación con las solerías destacar que la galería gótica dispone de pavimento dispuesto a sardinel, que aparece incompleta en algunas zonas. El pavimento cerámico de la galería almohade y el andén perimetral del patio (s. XVI) aparecían parcialmente aterrados.
Significar las relaciones específicas que se producen entre las distintas estructuras, por su incidencia determinante en la intervención arquitectónica planteada:
–La yuxtaposición de la galería gótica y su repercusión arquitectónica sobre el patio y crucero original almohade.
–El adosamiento de la cimentación de la arcada barroca sobre la arcada del crucero bajo gótico. Se destaca el espesor constructivo que alcanza el nuevo sistema estructural y su repercusión sobre los andenes perimetrales.
–El contraste de escalas entre el jardín y el andén perimetral Oeste del crucero islámico con la composición barroca de la fachada Sur del Palacio.
El objetivo básico de la propuesta ha sido posibilitar la percepción adecuada desde el patio actual de los elementos arquitectónicos existentes en el ángulo suroeste pertenecientes al crucero bajo. Estas estructuras forman una amalgama de fases constructivas superpuestas de las cuales destaca por su espectacularidad la yuxtaposición producida por la Galería Subterránea del Palacio Gótico respecto al Crucero almohade.
Los trabajos desarrollados se han centrado en la apertura de la estancia situada en dicho ángulo, la redefinición arquitectónica del hueco resultante y la conservación y restauración de las distintas estructuras históricas.
La nueva apertura aparece de manera casual en el recorrido de visitas, evitando destacar en la percepción espacial del Patio del Crucero. Aunque es reconocible con claridad, adolece de una vocación de permanencia o de integración en la consolidada arquitectura de lo existente. Más bien, aspira a pasar desapercibida, abstraída de su entorno y casi invisible; susceptible de ser identificada como un accidente, una interrupción del trazado del propio jardín, una circunstancia absolutamente neutral y reversible que invita a mirar hacia el interior del hueco. Ningún protagonismo que pueda distraer la atención del visitante frente a la percepción de las imponentes preexistencias.
Los distintos elementos históricos se encuentran bajo la rasante de los pavimentos actuales y quedan presentados a través de un hueco de límites precisos, imagen que nos aproxima al concepto de cata arqueológica. La actuación presenta analogías con las catas: definido un trazado geométrico se talla una porción de suelo y a escasa profundidad, tras una retirada minuciosa de los estratos de tierra, aparecen estructuras yuxtapuestas pertenecientes a los distintos momentos constructivos, a modo de hallazgo arqueológico.
Esta actitud está relacionada con la visión incompleta o de un fragmento perteneciente a una estructura de mayor entidad que se adivina enterrada bajo los jardines, en extensión y más allá de los límites del nuevo hueco. De hecho, en los tratamientos de conservación empleados en las distintas fábricas se prima la consolidación exclusiva, manteniendo un aspecto más próximo a restos que acaban de ser excavados que a paramentos acabados similares a los que existen en el Patio del Crucero actual.
Las decisiones conceptuales adoptadas en el desarrollo de proyecto y obra han apuntado de manera exclusiva a la presentación clara de la compleja convivencia de las estructuras pertenecientes a las distintas fases históricas que subyacen bajo las cotas actuales de uso y que gracias a la operación de apertura, quedarán relacionadas a partir de este momento con la arquitectura aérea del Patio.
Dado el carácter específico de la intervención y las limitaciones espaciales existentes, el ritmo y la coordinación entre los distintos trabajos se adaptan de manera flexible a la posibilidad física de su ejecución, evitando condicionar con un orden prefijado el desarrollo general de las obras.
Durante la ejecución de determinadas operaciones y con el fin de contrastar las hipótesis de partida, se llevan a cabo trabajos de seguimiento y vigilancia arqueológica cuyos resultados ayudaron a definir los límites precisos de ciertas alineaciones (es el caso del andén perimetral almohade) niveles de jardín original, etc. Estos trabajos se realizan bajo la dirección del arqueólogo Miguel Angel Tabales.
De manera más pormenorizada, a continuación se describen las operaciones realizadas:
Tras la eliminación del forjado metálico que cerraba la estancia, se plantea el ajuste dimensional del hueco resultante para hacerlo corresponder con uno de los módulos de la composición de la fachada barroca. De este modo, el límite del hueco coincidiría con el primer grupo de dobles columnas que sirven de apoyo a los cinco grandes arcos levantados en el XVIII por Van der Borcht y que coinciden con la modulación de la galería gótica anterior. Esta composición descansa bajo las cotas del Patio actual sobre machones de ladrillo unidos en los vanos por dobles arcos de medio punto. Destacar que el arco extremo, situado en la confluencia con la galería almohade, aparece macizado a fin de resolver el encuentro y reforzar la esquina.
La operación prevista suponía la demolición previa del muro de contención Este y la excavación de una parte del jardín. Sin embargo, al inicio de las obras se pudo comprobar que la cimentación barroca había sido reforzada en los macizos de apoyo de las columnas mediante el adosamiento de una estructura ataluzada de fábrica de ladrillo de gran espesor dispuesta en sentido perpendicular al plano de fachada, interrumpiendo el andén perimetral e invadiendo una franja del jardín. (fig. 9)
Esta circunstancia obliga a la redefinición del hueco proyectado reajustando sus dimensiones para integrar el nuevo elemento de refuerzo, considerado como un dato relevante en la evolución histórica y arquitectónica del patio.
Una vez corregido el trazado, se ejecutan las nuevas contenciones con fábrica de ladrillo macizo, análogas a las existentes en los cuadrantes aterrados. El muro Norte (s. XX), apoyado en la arcada almohade Este y paralelo a la fachada, se conserva y completa hasta su encuentro con el aparecido refuerzo de la fachada barroca. En la contención perpendicular, se decidió que el mencionado refuerzo constituyera el límite físico del hueco integrando su perfil en talud.
Con independencia de los tratamientos finales previstos, se significa la distinta naturaleza de ambas estructuras retrasando unos centímetros la nueva fábrica respecto al perfil en talud que le sirve de apoyo. Los nuevos muros de contención se entienden como elementos auxiliares o de transición, sin mayor repercusión sobre la información histórica que se ha de mostrar al visitante. Para su revestimiento se utiliza un acabado en tonos neutros de mortero de cal coloreado en masa que se retrasa en su contacto con la arcada almohade y los pavimentos del andén y jardín original, originando una fisura que marca una distancia suficiente y evita la percepción de contacto directo con la preexistencia. (fig 10).
A pesar de la corrección dimensional realizada, el hueco resultante posibilita la visualización del módulo completo desde la cimentación (cotas del andén y jardín almohades) hasta las cubiertas, dando una idea muy aproximada al visitante de la escala completa que debió presentar el Palacio Gótico hacia el jardín del Crucero original (siglos XIII al XVIII).
Eliminados los restos de cegamientos adosados parcialmente al segundo vano de la cimentación barroca y al primer vano de la arcada almohade, se lleva a cabo la consolidación de las fábricas y sus revestimientos (reparación de morteros desprendidos del soporte, análisis de enlucidos, recogida de bordes, etc.) evitando restituciones o tratamientos que pudieran alterar en exceso el estado previo o mimetizarse con los elementos emergentes. Entendemos que en el orden conceptual, cualquier modificación de la apariencia externa de las estructuras ha de enmarcarse en un planteamiento global sobre la arquitectura del Patio, situación que rebasa el cometido y alcance de la presente actuación (fig.11).
En los trabajos de consolidación se utilizan distintos mortero de cal hidráulica y arena de río, de características específicas para cada tipo de fábrica, y distinguiendo las siguientes estructuras:
– Galería almohade S. XII
– Galería gótica S. XIII
– Arcada barroca S. XVIII
– Recrecidos sobre las fábricas históricas hasta la cota de los pavimentos actuales del Patio (S. XIX-XX)
En relación con los pavimentos, se distinguen los siguientes:
– Andén almohade, renacentista y jardín-patio original.
– Galería gótica.
– Galerías y andenes superiores.
– Jardín actual.
Destacar que las lagunas que aparecen en los andenes inferiores constituyen un dato relevante para la comprensión del proceso constructivo de la fachada barroca, que destruye estos sectores de pavimento para introducir sus zapatas de cimentación. Por este motivo, se consolidan sus bordes y se evita la restitución del material cerámico de acabado.
Así mismo, y tras la apertura del hueco, se pudo constatar el deficiente estado de conservación de las zonas de contacto de los muros con el antiguo forjado que cubría la estancia y los pavimentos actuales del Patio. Estas zonas de encuentro, que en algún caso se trataba simplemente de rellenos o recrecidos de escasa calidad, son igualmente consolidadas y revestidas con morteros de cal construyendo una franja neutra que se retrasa unos centímetros de manera deliberada del plano de acabado de los revestimientos históricos. Al quedar los muros históricos recortados y separados una distancia suficiente del nivel de pavimentos actuales por este tratamiento neutro, se significa el límite del resto original y se abstrae su relación con la moderna solería del Patio del Crucero. (fig 12)
La formalización del nuevo hueco se apoya en una geometría precisa materializada por un corte seco que se practica a los pavimentos del Patio. La incisión se perfila mediante pletinas de acero galvanizado que servirán de sujeción a un antepecho de protección que se proyecta de vidrio para facilitar la visión completa del ámbito. Vidrio y acero confieren transparencia a los planos verticales y permiten una relación más intensa entre los niveles superiores y las estructuras bajo rasante. De sencillo trazado, la nueva estructura se identifica con claridad y supone una incidencia visual mínima en la escena del Patio (fig.16-17).
En su encuentro con los perfiles de borde, los pavimentos y un sector del cuadrante de la zona ajardinada quedan nítidamente recortados. La nueva apertura impone su geometría e interrumpe el seto perimetral y la jardinería existente en el cuadrante Suroeste. Un entarimado de madera habilita una franja de paso sobre la tierra vegetal para posibilitar la visión de los restos desde el Norte y Este, probablemente los ángulos más apropiados. El tratamiento superficial y más efímero de esta parte del recorrido y la evidencia de la interrupción que se produce sobre los elementos vegetales inciden en el carácter abstracto de la operación de corte practicada y recuerdan al visitante que se encuentra invadiendo un espacio de jardín del actual Patio.
La recuperación se complementa con la iluminación artificial indirecta de las galerías inferiores al objeto de acentuar la profundidad de las mismas y su relación con el patio original.