Apuntes del Alcázar de Sevilla. Nº 16, 2015 - page 131

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Figura 13.
Litografía «Seville vue prise de
la terrase de l’Alcázar d’apres
nature» de Chapuy, mediados
del siglo XIX; y estado actual
tras la recuperación del paseo
descubierto del Grutesco
como una galería en dos niveles —uno cubierto
y otro descubierto, tal y como consta en las cró-
nicas de Rodrigo Caro de 1634—; y la confirma-
ción, a través del plano de Van der Borcht y de
grabados del siglo XVIII, de que así permaneció
durante al menos dos siglos y medio; nos per-
suadió a todos de que debía llevarse a cabo esa
recuperación. Así, lo que inicialmente se planteó
únicamente como una
intervención de carác-
ter estructural
pasó a ser además un proyecto
en donde
recuperar el paseo descubierto
, con
lo que ello implicaba en cuanto a medidas de
adecentamiento, adecuación de los accesos, ilu-
minación, seguridad, eliminación de instalacio-
nes, etcétera.
«Sobre este muro está un corredor cubier-
to, formado de columnas de jaspe, y otros
mármoles, y sobre él, otro descubierto con
pretiles; de modo, que desde ambos se des-
cubren, y gozan, no solo mucha parte de
la ciudad, sino también los campos, y estos
jardines»
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—figura 13—.
4. INTERVENCIÓN
En cualquier caso, la recuperación del paseo
descubierto sólo podía llevarse a cabo una vez
realizada la intervención estructural. El forjado
que separa el paseo cubierto del descubierto es
el que sirve de soporte para este último, por lo
que la primera decisión de proyecto se vinculaba
necesariamente a la resolución de las patologías
que presentaba el forjado.
Admitiendo diversos factores, entre los cuales
el mal estado de los elementos metálicos, el in-
correcto funcionamiento de las gárgolas, la an-
tigüedad de los muros y pretiles, o la peculiari-
dad del muro oeste de la fachada —que con sus
encastres de piedra porosa hacía improbable el
detener la presencia constante de humedades—;
se optó por la sustitución completa del forjado.
Esta decisión incluía también la demolición del
último tramo, repuesto en 1991 con viguetas
prefabricadas, con la intención de unificar la
solución constructiva y evitar la presencia de un
elemento que impusiera la cota de nivel para el
desarrollo del resto de la galería.
Demoliciones y trabajos previos
Atendiendo a la información del forjado obte-
nida durante el estudio previo, las patologías
constantes en las vigas de madera y la preocu-
pación por el arriostramiento entre muros tras
el terremoto de Lisboa, la demolición de lo exis-
tente nos planteaba la necesidad de no perder o
debilitar ese arriostramiento. El vaciado interior
podía dar lugar al volcado de los pretiles, por lo
que, dada la singularidad de la fachada oeste del
Grutesco, se diseñaron y fabricaron unos arrios-
tramientos a modo de horquillas en los muretes,
con las protecciones necesarias para no dañar el
opus rusticum.
Denominadas «porterías» duran-
te las obras, estaban realizadas con doble estruc-
tura tubular metálica reforzada, y se disponían
sosteniendo los dos pretiles opuestos del inter-
valo de forjado a demoler. Esta demolición se
planteó por tramos de cinco metros como máxi-
1...,121,122,123,124,125,126,127,128,129,130 132,133,134,135,136,137,138,139,140,141,...316
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