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Florece el melocotonero en el Alcázar
Con la llegada de la primavera, el entorno natural del Real Alcázar enaltece la belleza que ya de por sí tiene el conjunto arquitectónico, y que el propio jardín se encarga de demostrarnos cada día. La llegada de la estación de las flores trae consigo una variedad aromática y colorista que en muy pocos puntos de referencia turística podremos apreciar.
Y con la primavera, florece el melocotonero: un espectáculo propio para el que no cabe más opción que derramarse en un paseo y espabilar nuestros sentidos, agudizándolos al máximo con el afán de disfrutar de cada uno de los pasos que damos.
Una leyenda medieval cuenta que para los alarifes moros que trabajaban para el rey Pedro I en el Real Alcázar, la blancura y abundancia de las flores de los melocotoneros eran el recuerdo ideal del paisaje nevado de la hermana Granada. Este fue el evocador motivo por el que fueron plantados en nuestros jardines.
El melocotonero de flor es un árbol pequeño al que se le asocian multitud de leyendas. Nosotros dejamos que sean los visitantes quienes construyan su propio itinerario de sensaciones e historias, viéndose acompañados en todo momento por este espectáculo de colores entre el que destaca el melocotonero, que ya la antigua Roma atestigua a través de dibujos al fresco donde se vieron representados.