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Alcázar Vegetal. Ciprés/ Cupressus Sempervirens
Nada más entrar en el Real Alcázar, dos cipreses reciben al visitante. Igualmente, los antiguos romanos solían plantar cipreses a la entrada de sus casas como símbolo de hospitalidad, señal de que ahí se daba cobijo al viajero. De la misma manera, nos gustaría comenzar con esta especie a modo de bienvenida.
Los poetas griegos y latinos atribuían al ciprés un significado asociado a la inmortalidad, considerándolo el árbol de los difuntos, al estar consagrado a Plutón, dios de los Infiernos. Este simbolismo espiritual, ligado a la vida eterna- el ciprés es de hecho una especie muy longeva que puede vivir 3000 años-, fue retomado por los cristianos y por ello acompaña las tumbas y los cementerios. Se creía además que era, junto con el cedro, el olivo y la palmera, uno de los cuatro árboles cuya madera había sido utilizada para construir la cruz de Cristo y también el arca de Noé.
El ciprés ha sido así uno de los árboles más apreciados por las culturas antiguas de Europa y Próximo Oriente por sus propiedades medicinales -aparece por este motivo ya en una inscripción asiria de hace 3500 años-, su resistente madera y sus cualidades aromáticas.
El árbol tuvo un uso “arquitectónico” y decorativo no solo en época romana, sino también en la islámica medieval, y así es recomendado su uso por los geóponos andalusíes Ibn Luyun e Ibn al-Awwam. La presencia de polen de ciprés en los estratos medievales del Generalife en la Alhambra de Granada certifica su presencia desde el origen de estos jardines, incluso en cantidades notablemente más abundantes que las actuales, por lo que no es de extrañar que en algún momento de la época andalusí fuera usado el ciprés con este sentido ornamental en los Reales Alcázares de Sevilla.
Hoy en día aparecen en estos jardines de manera aislada, formando pequeños grupos o grandes alineaciones, como la del Jardín de los Poetas o la más clásica del Paseo de los Cipreses en el Jardín del Marqués, recordándonos aquellas agrupaciones típicas de la Toscana.
Alcázar vegetal es un proyecto de nomadgarden (Sergio Rodríguez, Salas Mendoza, Fran Pazos) y Juan Alberto Romero que surge de una colaboración previa con el Real Alcázar de Sevilla.